Me
miro en el espejo y ni me reconozco. ¿Qué ha pasado con la chica
que era? ¿A dónde ha ido? Pero se ha ido. Se fue hace mucho tiempo.
He intentado encontrarla, pero no lo he conseguido. Y es que cuando
algo termina, lo hace para siempre.
Y
quizás sólo tienes que encontrar la forma de que ese fin sea un
nuevo comienzo.
Esa
chica se ha convertido en una persona más fuerte, seria y nadie
conseguirá que se rinda por mucho que digan. Y aunque me mire al
espejo y a veces eche de menos la persona que era, ya no hay vuelta
atrás. Me deshice de ella hace tiempo.
Encontré
una forma de seguir adelante. Hice lo que ella hubiese querido.
Empece a trabajar duro y a hacer realidad su sueño. Graduarme y
hacer una carrera.
De
este año en el instituto me llevo muchas cosas, pero sobre todo algo
que me dijo una profesora:
“Te
he aprobado porque has trabajado mucho. Sé que no ha sido un año
fácil para ti, pero es admirable que a pesar de ello, hayas
conseguido trabajar tanto y esforzarte en cada asignatura. Eres un
ejemplo a seguir.”
Y
estas cosas son las que hace que mi yo de antes vuelva, y se le forme ese nudo
en la garganta.