Y entonces escucho ese “te quiero”, escucho su voz a través de un altavoz, entonces mi voz se quiebra, él lo nota, lo sé. Me atraganto con mis propias lágrimas y consigo pronunciar un “te echo de menos” algo ahogado. Y entonces escucho su “y yo…”, y de repente una lágrima cae por mi mejilla, sin darme cuenta, sin quererlo.
+Te echo de menos…
-Y yo…. Pero sigamos fingiendo que somos fuertes.
Buuf que entrada, sobre todo la última frase. El orgullo...
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Gracias^^
ResponderEliminarMe pasare por tu blog^^